EEUU calificará a la Guardia Revolucionaria de Irán como "grupo terrorista extranjero"
InfobaeLa Guardia Revolucionaria, el cuerpo de élite del ejército de Irán
Estados Unidos designará a la Guardia Revolucionaria de Irán, cuerpo de élite del Ejército iraní, como una organización terrorista extranjera, según afirmaron a la agencia Reuters tres funcionarios estadounidenses, lo que marcaría la primera vez que Washington califica al grupo militar de otro país como un grupo terrorista.
Se espera que el Departamento de Estado de los EEUU anuncie la decisión la próxima semana, dijeron las fuentes a Reuters en reacción a un artículo publicado este viernes por The Wall Street Journal. Esta maniobra se ha rumoreado desde hace años. El Pentágono declinó hacer comentarios y remitió las consultas al Departamento de Estado, que también se negó a responder preguntas.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha abogado por un cambio en la política de los Estados Unidos como parte de la firme postura del gobierno de Donald Trump hacia Teherán.
Además, el anuncio se realizaría antes del primer aniversario de la decisión de Trump de retirarse del Acuerdo Nuclear con Teherán -el 8 de mayo de 2018- y volver a imponer las sanciones que habían paralizado la economía de Irán.
La Guardia Revolucionaria iraní
Estados Unidos ya ha incluido en su lista negra a docenas de entidades y personas vinculadas a la Guardia Revolucionaria, pero la organización en su conjunto no lo está.
En 2007, el Tesoro de los Estados Unidos designó a la Fuerza Quds, la unidad de la Guardia a cargo de las operaciones en el extranjero, "por su apoyo al terrorismo" y lo describió como el "brazo principal de Irán para ejecutar su política de apoyo a los grupos insurgentes".
Por su parte, Irán ha advertido de una respuesta "aplastante" en caso de que Estados Unidos siga adelante con la designación.
Mohammad Ali Jafari, comandante del cuerpo de élite del Ejército iraní, advirtió en 2017 que si Trump seguía adelante con la manibora, "entonces la Guardia Revolucionaria considerará que el ejército estadounidense es como el Estado Islámico en todo el mundo".
Tales amenazas son particularmente preocupantes para la presencia estadounidense en lugares como Irak, donde las milicias chiítas alineadas con Irán están ubicadas muy cerca de las tropas de EEUU.
La ex subsecretaria de Estado de EEUU, Wendy Sherman, dijo que la medida tendría implicaciones para las fuerzas estadounidenses. "Uno podría incluso sugerir, ya que es difícil ver por qué esto nos interesa, si el presidente no está buscando una base para un conflicto", dijo. "La Guardia Revolucionaria de Irán ya está completamente sancionada y esta escalada pone en peligro a nuestras tropas en la región".
La Guardia Revolucionaria Iraní (IRGC) es responsable de muchos abusos contra los derechos humanos
Establecida después de la Revolución Islámica de 1979 para proteger el sistema de gobierno chiíta, la Guardia Revolucionaria es la organización de seguridad más poderosa de Irán. Tiene control sobre grandes sectores de la economía iraní y tiene una gran influencia en su sistema político.
Tiene un ejército de aproximadamente 125.000 efectivos con unidades del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea y responde al ayatollah Alí Khamenei. Pero es la Fuerza Quds, dirigida por el general Qassem Soleimani, la que opera fuera de Irán y ha llamado mucho la atención de Washington por su papel en lugares como Siria, Yemen e Irak.
Pompeo ha señalado repetidamente a Soleimani y en 2017, cuando era director de la CIA, le escribió a él y a otros líderes iraníes advirtiéndoles que Estados Unidos los haría responsables de cualquier ataque a los intereses de EEUU en Irak.
La Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, el grupo terrorista detrás de los atentados en Buenos Aires
Por Laureano Pérez Izquierdo | Infobae
laureano@infobae.com
General Mayor Qassem Soleimani, máximo jefe militar en Irán y cerebro de las operaciones del régimen fuera de su territorio. Comanda en la actualidad la Guardia Revolucionaria Islámica, declarada organización terrorista por los Estados Unidos
Casi cuarenta años después de su nacimiento -e incalculables ríos de sangre-, la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés) fue declarada organización terrorista por parte de los Estados Unidos. La resolución de la Casa Blanca era esperada desde hacía tiempo. Específicamente, desde que Donald Trump asumió la presidencia norteamericana y endureció la política hacia Teherán.
"Este paso sin precedentes reconoce la realidad de que Irán no solo es un Estado patrocinador, sino también que el IRGC, participa, financia y promueve el terrorismo como una herramienta estatal", dice el texto con el que se dio a conocer la medida que tendrá un impacto central sobre aquellos que tengan vínculos con la fuerza extremista.
Su máxima autoridad -más allá del ayatolá Alí Khamenei– es uno de los generales más experimentados y próximos a la autoridad religiosa. Se trata de Qassem Soleimani, quien comanda las IRGC y las Fuerzas Quds, el escuadrón operativo fuera de Irán dependiente del recientemente declarado grupo terrorista. En tiempos recientes su papel fue fundamental en el sostenimiento de la dictadura de Bashar Al-Assad en Siria. Junto a Rusia, ahora se reparten lo que queda del devastado país.
Desde su germen, la agrupación ahora comandada por Soleimani fue la encargada de expandir hacia todo el planeta la ideología religiosa que el entonces ayatolá Ruhollah Khomeini inoculó en su pueblo. Esta se centraba básicamente en dos pilares: un odio visceral -y calculado- hacia los Estados Unidos y renacer el milenario enfrentamiento entre chiítas y sunitas en Medio Oriente.
Bajo estas premisas y en el amanecer de su vida, comenzó a tejer a otro grupo terrorista en la región: Hezbollah. Esta organización fundamentalista no es ni más ni menos que un brazo de la IRGC en el Líbano. A tal punto lo es que su bandera -aunque en tonalidad verde y amarilla- es casi una réplica de la del cuerpo armado iraní. Un fusil en alto emergiendo de un globo, señal de su intento de sometimiento del mundo, y el Corán.
El juego de las diferencias: izquierda, el símbolo de Hezbollah, brazo armado de los atentados en la Argentina; derecha, el de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, responsable de esos ataques terroristas
Ese ensayo de conquista, sin embargo, no fue convencional. Se basó en el terror. Su bautismo de fuego más resonante -ya había tenido participación inicial bajo el amparo de la IRGC en la guerra del Líbano– fue en octubre de 1983 cuando atentó contra cuarteles internacionales en Beirut, asesinando a 241 infantes de marina de los Estados Unidos, 58 paracaidistas franceses y seis libaneses sin uniforme.
Hezbollah fue el responsable. Pero la Guardia Revolucionaria Islámica festejó el éxito de la misión. Una vez consolidada la posición en el Líbano, los intereses de la banda extremista y de los iraníes se concentrarían en los ataques de los intereses occidentales en el extranjero. En 1985 la organización armada cometió al menos 24 ataques terroristas alrededor del mundo.
Años más tarde en Buenos Aires, el mundo vería una vez más el alcance de Teherán. Fue el 17 de marzo de 1992. Una célula terrorista libanesa también financiada por Irán atentó contra la Embajada de Israel en la capital argentina. Causó 22 muertos y 242 heridos.
17 de marzo de 1992. Un atentado terrorista contra la Embajada de Israel en Buenos Aires dejó un saldo de 22 muertos. Dos años más tarde, otra vez el terrorismo financiado por Irán a través de la Guardia Revolucionaria Islámica golpearía la capital argentina
De acuerdo a la Corte Suprema de Justicia "el atentado cometido (…) fue organizado y llevado a cabo por el grupo terrorista denominado Jihad Islámica, brazo armado del Hezbollah". La organización chiíta se había hecho responsable por el brutal ataque mediante un comunicado publicado en el diario libanés An Nahar. Agazapados detrás, Irán y su Guardia Revolucionaria Islámica.
Dos años después, el 18 de julio de 1994, un coche bomba impactaría contra el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en uno de los barrios más concurridos de la capital. Masacre: 85 muertos; 300 heridos. Otra vez Hezbollah. Ergo: otra vez Irán.
La justicia determinó que diplomáticos iraníes habían formado parte de la planificación. El por entonces fiscal especial Alberto Nisman había enumerado las identidades de los sospechosos: Moshen Rabbani, ex agregado cultural en la Argentina y cerebro de los atentados. También fueron descubiertos en el complot Alí Fallahijan, ministro de Información y Seguridad iraní entre 1989 y 1997; Mohsen Rezai, comandante de la Guardia Revolucionaria Islámica entre 1981 y 1997; Ahmad Vahidi, Comadnante de las Fuerzas Quds entre 1989 y 1998; Ahmad Reza Ashgari, secretario de la Embajada de Irán en la Argentina entre 1991 y 1994 y Imad Mughniyah, jefe de inteligencia de Hezbollah.
Durante años, en foros internacionales, el gobierno argentino fustigó a Teherán por su responsabilidad en el atentado a la sede social israelí en Buenos Aires. Sin embargo, luego el parlamento -a instancias de la misma administración- pactó con el régimen de los ayatolás un acuerdo que fuera denunciado posteriormente por el propio fiscal que había investigado la causa hasta llegar a sus responsables directos. Nisman acusó a funcionarios y a la entonces presidente de la nación, Cristina Kirchner, por el acuerdo.
Cuatro días después fue hallado muerto en su apartamento.